La vida: nada te debo
La vida, ese regalo inigualable que nos ha sido otorgado sin que hayamos tenido que hacer nada para merecerlo. Una oportunidad única para explorar, aprender, amar y experimentar todas las emociones que el universo tiene para ofrecernos. En este espacio, quiero compartir contigo algunos poemas que reflejan la belleza y la grandeza de la vida, recordándonos que nada le debemos a este maravilloso regalo.
El amanecer
En el horizonte se alza el sol,
iluminando el mundo con su esplendor.
Un nuevo día comienza a surgir,
una nueva oportunidad para existir.
El amanecer nos recuerda que la vida,
es una constante renovación y partida.
Nada le debemos a este espectáculo divino,
solo disfrutarlo y hacerlo nuestro destino.
El amor
En los brazos de quien amamos,
encontramos un refugio eterno.
El amor nos enseña a ser valientes,
aunque el futuro nos parezca incierto.
Nada le debemos a este sentimiento,
que nos regala alegría y sufrimiento.
Solo podemos abrazarlo y agradecer,
por permitirnos amar y florecer.
La naturaleza
Los ríos que fluyen y los bosques que crecen,
la naturaleza nos muestra su grandeza.
No le debemos nada a su esplendor,
solo admirarlo y cuidarlo con fervor.
El canto de los pájaros al amanecer,
la brisa suave acariciando nuestra piel.
Nada le debemos a este regalo divino,
solo protegerlo y hacerlo nuestro destino.
La libertad
La libertad, ese tesoro invaluable,
que nos permite ser quienes queremos ser.
Nada le debemos a su inmensidad,
solo valorarla y protegerla con tenacidad.
En cada paso que damos y cada elección que hacemos,
la libertad nos guía hacia lo que anhelamos.
Nada le debemos a este regalo sagrado,
solo vivirlo y hacerlo nuestro legado.
En conclusión, la vida nos brinda tantas maravillas sin pedir nada a cambio. Cada instante, cada emoción y cada experiencia son un regalo que debemos apreciar y aprovechar al máximo. No le debemos nada a la vida, solo tenemos la responsabilidad de vivirla plenamente y ser agradecidos por cada momento que nos brinda. Así que, ¡disfruta, ama y vive intensamente, porque la vida: nada te debe!
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