Tú no eres especial, Irene
Un poema de la realidad
Tú no eres especial, Irene
En este mundo lleno de gente
Donde el sol se pone y amanece
Todos buscamos algo diferente
Pero tú te crees única y especial
Con tus ojos que brillan como el cielo
Tu risa que suena como un cascabel
Pero no te das cuenta, eso es solo el reflejo
Hay millones de estrellas en el firmamento
Miles de flores en el jardín
Y aunque pienses que eres distinto
La realidad es que no eres un ser divino
La historia de Irene
Irene se viste de colores
Como un arcoíris en el cielo
Cree que todos deben adorarla
Pero a mí, eso no me parece tan bello
Se cree especial e irrepetible
Como un atardecer en el mar
Pero la verdad es que todos somos iguales
Y eso no debería molestarla
Hay otras personas como Irene
Que piensan que son únicas en el mundo
Pero la realidad es que somos diferentes
Pero eso no nos hace especiales, rotundos
La lección de Irene
La lección que Irene debe aprender
Es que no hay nada de malo en ser común
En ser uno más en la multitud
Y aceptar que no eres un ser supremo
El verdadero valor está en el interior
En cómo tratas a los demás cada día
En ser amable, respetuoso y compasivo
Eso es lo que te hace especial, querida Irene
Así que no te creas única y diferente
Porque en este mundo no hay nadie así
Lo importante es cómo te comportas
Y cómo haces sentir a los demás cerca de ti
En conclusión, Irene, tú no eres especial. Pero eso no es algo negativo. Todos somos únicos y diferentes en nuestra propia manera, pero eso no nos convierte en seres superiores. Lo que realmente importa es cómo tratamos a los demás y cómo nos comportamos en este mundo. Eso es lo que nos hace especiales.
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