Poemas sobre extrañar a alguien: cuando las palabras son el consuelo

1. A la distancia

Cuando la distancia nos separa,
y ya no puedo verte cada día,
las palabras se vuelven mi consuelo,
en esta triste melodía.

Extraño tu risa, tu abrazo cálido,
tus ojos llenos de alegría,
pero en cada verso que escribo,
encuentro un poco de compañía.

Aunque los kilómetros nos separen,
mi corazón está contigo,
busco en las letras la manera de expresar,
todo lo que siento en este abrigo.

2. En el recuerdo

Cierro los ojos y te veo,
en cada rincón de mi mente,
en cada verso que escribo,
eres mi musa recurrente.

Extraño tus besos, tus caricias,
el aroma de tu piel,
pero en el recuerdo encuentro consuelo,
y en cada palabra, vuelvo a revivir el ayer.

Aunque el tiempo siga su curso,
y la vida nos lleve por caminos diferentes,
nuestros recuerdos permanecerán intactos,
como tesoros valientes.

3. Vacío en el pecho

Siento un vacío en el pecho,
desde que te has ido,
extraño tu voz, tu presencia,
en cada amanecer perdido.

En cada palabra que escribo,
intento llenar ese hueco,
pero nada se compara a tenerte cerca,
a sentir el latido de tu cuerpo.

A veces el amor duele,
cuando la distancia se interpone,
pero en mis versos encuentro consuelo,
en cada suspiro que de mi pluma se pronuncie.

4. Silencio compartido

En el silencio de la noche,
siento tus palabras susurrar,
me hablan desde la distancia,
y no puedo evitar extrañar.

Tu ausencia es como un eco lejano,
que resuena en mi corazón,
busco en los poemas la manera de expresar,
todo este amor contenido, mi canción.

Aunque a veces el silencio lastime,
sé que nuestros corazones laten en sintonía,
en cada verso, encuentro el consuelo,
de saber que siempre serás parte de mi poesía.

En conclusión, cuando extrañar a alguien se vuelve inevitable, los poemas se convierten en un refugio donde podemos plasmar nuestros sentimientos y encontrar consuelo en las palabras. Ya sea a través de la distancia, los recuerdos, el vacío o el silencio, los versos nos permiten expresar lo que muchas veces las palabras habladas no pueden transmitir. En cada estrofa, encontramos un trozo de esa persona que añoramos y que siempre vivirá en nuestra poesía.