La sociedad que vivimos: Un poema
Vivimos en un mundo de prisas y ruidos,
donde las miradas se pierden en los celulares,
y las palabras se ahogan entre el bullicio.
Es una sociedad despierta pero dormida,
donde la tecnología nos controla,
y la conexión humana se desvanece.
El amor en tiempos digitales
En esta sociedad sin tiempo para el amor,
las relaciones nacen y mueren en un clic.
Las parejas se conforman con mensajes de texto,
y la intimidad se reduce a emoticones.
Ya no hay cartas de amor escritas a mano,
solo likes en una pantalla fría y distante.
En este mundo virtual de sonrisas perfectas,
las vidas se adornan y se maquillan.
Las fotografías nos muestran momentos felices,
pero detrás de ellas se esconden lágrimas y tristezas.
Las redes sociales nos muestran una fachada,
donde la autenticidad se pierde en la perfección.
La desigualdad que nos separa
En esta sociedad de clases y apariencias,
los privilegios determinan nuestro destino.
Los ricos se vuelven más ricos,
mientras los pobres luchan por sobrevivir.
La brecha entre ellos se ensancha día a día,
y la justicia parece ser solo una quimera.
La falta de empatía y compasión
En este mundo individualista e intolerante,
nos olvidamos de la empatía y la compasión.
La indiferencia se apodera de nuestros corazones,
y nos volvemos ciegos ante el sufrimiento ajeno.
Nos encerramos en nuestras burbujas personales,
ignorando las necesidades de quienes nos rodean.
En esta sociedad en la que vivimos,
es vital detenernos y reflexionar.
No podemos dejar que la tecnología nos controle,
ni permitir que la desigualdad nos divida.
Es momento de rescatar la conexión humana,
y de recordar que todos somos parte de esta realidad.
A través de la poesía, podemos expresar nuestras inquietudes,
y abrir los ojos de aquellos que nos leen.
Es tiempo de cambiar y construir un mundo mejor,
donde la sociedad sea un reflejo de la humanidad.
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