La campana: Un poema que resuena en el alma

Índice
  1. Un símbolo eterno de resonancia y melodía
  2. 1. "Campanas de plata" de Gustavo Adolfo Bécquer
  3. 2. "La campana" de Rubén Darío
  4. 3. "La campana del convento" de Antonio Machado
  5. Conclusión

Un símbolo eterno de resonancia y melodía

La campana, ese objeto de metal suspendido en lo alto, ha sido durante siglos un símbolo de resonancia y melodía en la poesía. Su sonido trasciende barreras lingüísticas y culturales, llegando al corazón de quien la escucha. En este artículo, exploraremos algunos poemas que han capturado la magia y la esencia de la campana.

1. "Campanas de plata" de Gustavo Adolfo Bécquer

"Campanas de plata" es un poema del reconocido poeta español Gustavo Adolfo Bécquer. En este poema, Bécquer hace una maravillosa descripción de las campanas y su sonido, comparándolas con "lágrimas de luz". A través de sus versos, nos sumerge en un ambiente mágico y nos invita a escuchar el eco de las campanas en la distancia.

"Campanas de plata
que en lo alto estáis,
ansiadas de un hijo
que no vuelve más;
campanas sonoras,
que en la tarde gris
llamáis a las almas
que duermen en paz."

2. "La campana" de Rubén Darío

En este poema, el famoso poeta nicaragüense Rubén Darío personifica a la campana, dándole vida y voz propia. A través de sus versos, nos transporta a un mundo de sonidos y emociones, mientras la campana clama por atención y reconocimiento. Darío utiliza la metáfora de la campana como símbolo del arte y la poesía, resonando en el alma de aquellos que la aprecian.

"Campana dulce,
voz celeste
que en el espacio se pierde...
Tiene tu metálica lengua
un alma, y tímbrica voz
de arpa que en el viento pone
un dios."

3. "La campana del convento" de Antonio Machado

En este poema, el poeta español Antonio Machado se inspira en el sonido de la campana de un convento, que marca el paso del día y la noche. Machado juega con la dualidad de la campana, representando tanto la alegría como la tristeza, el despertar y el descanso. Su lenguaje sencillo y evocador nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo y nuestra propia existencia.

"La campana del convento
marca el paso del día.
La vida canta en la huerta
y llora en la hospedería.
El viento trae mariposas
y la brisa melancolía."

Conclusión

La campana, con su sonido único y resonante, ha sido un motivo recurrente en la poesía a lo largo de la historia. Estos poemas son solo una muestra de cómo los poetas han capturado la magia y la esencia de este objeto enigmático. La campana, ese símbolo eterno de resonancia y melodía, seguirá tocando las fibras más delicadas de nuestro ser, recordándonos que la poesía es el eco del alma.

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