Extraño escuchar tu dulce voz

Índice
  1. Un susurro en el viento
  2. El canto de los pájaros
  3. El murmullo del mar
  4. El viento entre los árboles
  5. El eco de tu risa

Un susurro en el viento

Extraño escuchar tu dulce voz, como un susurro en el viento que acaricia mi alma. Cada palabra tuya era un bálsamo para mis oídos, una melodía que me transportaba a un lugar de paz y serenidad. Tu voz era única, llena de ternura y amor, y ahora, en tu ausencia, su eco resuena en mi corazón.

El canto de los pájaros

Tus palabras eran como el canto de los pájaros al amanecer, llenando mi mundo de alegría y esperanza. Extraño escuchar tu dulce voz, como si cada palabra tuya fuera un melodioso trino que despertaba mi espíritu y me hacía sentir viva. Sin ti, el silencio se ha adueñado de mis días y anhelo escuchar de nuevo esa armonía que solo tú eras capaz de crear.

El murmullo del mar

Tu voz era como el murmullo del mar, con sus altos y bajos, suavidad y fuerza. Extraño escuchar tu dulce voz, que me envolvía como una ola cálida y reconfortante. Cada vez que hablabas, era como si el mar susurrara al oído, contándome secretos y acariciando mi ser. Sin ti, me siento perdido en medio de un océano de silencio, anhelando el sonido de tus palabras.

El viento entre los árboles

Tu voz era como el viento entre los árboles, susurrando suavemente y creando una sinfonía de sonidos. Extraño escuchar tu dulce voz, que me envolvía como una brisa fresca que acaricia mi rostro. Cada palabra tuya era como una hoja que bailaba al compás del viento, llenándome de vida y energía. Sin ti, el viento ha perdido su melodía y anhelo escuchar de nuevo esa música que solo tú podías crear.

El eco de tu risa

Tu voz era como el eco de tu risa, contagiosa y llena de alegría. Extraño escuchar tu dulce voz, que llenaba mi corazón de felicidad y hacía que todo a mi alrededor se iluminara. Cada vez que reías, era como si el mundo entero se uniera en una sinfonía de carcajadas. Sin ti, el eco de tu risa se ha desvanecido y anhelo escuchar de nuevo esa melodía que me hacía sonreír sin razón aparente.

En conclusión, extrañar la dulce voz de alguien es como perder una parte de nosotros mismos. Cada voz es única y especial, y cuando esa melodía desaparece, el silencio se convierte en un recordatorio constante de lo que hemos perdido. Aprecia cada palabra, cada susurro y cada risa, porque nunca sabes cuándo podrías extrañar escuchar esa dulce voz que alguna vez fue música para tus oídos.

Poemas relacionados

Subir