El poema más bonito del mundo sobre el amor

El amor, ese sentimiento que nos llena de alegría, nos hace sentir vivos y nos conecta con lo más profundo de nuestra humanidad. A lo largo de la historia, han surgido innumerables poemas dedicados a este sublime sentimiento, pero ¿cuál es el más bonito de todos? A continuación, te presento algunos ejemplos que podrían considerarse como los más bellos del mundo.

Índice
  1. "Soneto XVII" de Pablo Neruda
  2. "Amor Eterno" de Gustavo Adolfo Bécquer
  3. "A un olmo seco" de Antonio Machado
    1. Conclusión

"Soneto XVII" de Pablo Neruda

No te amo como si fueras rosa de sal,
topacio o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Este soneto de Pablo Neruda destaca por su sencillez y profundidad. El poeta chileno logra transmitir el amor de una manera única, comparándolo con elementos naturales y evocando una belleza luminosa en medio de la oscuridad.

"Amor Eterno" de Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

Gustavo Adolfo Bécquer, reconocido poeta español del romanticismo, nos regala este poema lleno de romanticismo y entrega. En sus versos, el autor expresa la fuerza inmortal del amor, que trasciende incluso el paso del tiempo y la muerte misma. Un canto eterno a la pasión y la devoción amorosa.

"A un olmo seco" de Antonio Machado

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero!
Un musgo amarillento
le lame los húmeros y el corvo pie;

trozos de su carne, desprendidos,
bajan al Sagrado,
bajan al Sagrado
hasta el sagrado
río, de donde ha venido.

Antonio Machado nos sorprende con este poema, que a primera vista puede no parecer un poema de amor. Sin embargo, su belleza radica en la metáfora empleada. A través de la imagen del olmo seco que resurge con algunas hojas verdes, el autor nos habla del amor que renace y se mantiene vivo incluso en los momentos más oscuros y difíciles.

Conclusión

El poema más bonito del mundo de amor es aquel que evoca emociones genuinas y nos conecta con la magia del sentimiento más puro. Estos ejemplos son solo una pequeña muestra de la belleza y la diversidad de la poesía amorosa. Cada lector tiene sus propios gustos y preferencias, por lo que te invito a explorar y descubrir el poema que más te conmueva y te haga vibrar en lo más profundo de tu ser.

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