Cuando estemos viejos: Un poema sobre el amor duradero
El paso del tiempo es inevitable, y mientras envejecemos, nuestras vidas se llenan de experiencias, recuerdos y sabiduría. Sin embargo, hay algo que no cambia: el amor verdadero. En este poema, exploraremos cómo el amor puede perdurar a lo largo de los años, incluso cuando estamos viejos y arrugados.
Cuando estemos viejos
Cuando estemos viejos y nuestras arrugas sean profundas,
nuestros cuerpos cansados, pero nuestros corazones aún jóvenes,
recordaremos los días en que éramos jóvenes y apasionados,
y cómo nuestro amor ha sobrevivido a todos los desafíos que hemos enfrentado.
Recordaremos los paseos por la playa, tomados de la mano,
las risas compartidas y los planes para el mañana.
Aunque los años nos hayan hecho más lentos,
nuestro amor seguirá creciendo, más fuerte y tierno.
Un amor que no conoce barreras
Cuando estemos viejos y nuestros cabellos sean grises,
nuestros cuerpos desgastados, pero nuestras almas aún brillantes,
sabremos que el amor que nos une no tiene límites,
atravesando todas las barreras, sin importar cuán firmes.
El tiempo puede marchitar nuestros cuerpos,
pero no puede marchitar el amor que nos une.
Nuestros ojos pueden perder brillo y agudeza,
pero nuestra conexión prevalece, clara y verdadera.
El amor como un legado
Cuando estemos viejos y nuestras fuerzas se desvanezcan,
nuestros cuerpos cansados, pero nuestras mentes aún vivaces,
nuestro amor se convertirá en un legado,
inspirando a otros a seguir su propio camino.
Porque cuando el amor perdura más allá del tiempo,
se convierte en algo más que una simple emoción.
Es un testimonio de la fuerza humana y su capacidad,
de amar y ser amado, sin importar la situación.
Conclusion
Cuando estemos viejos, nuestro amor será la fuerza que nos sostenga,
el faro que ilumine nuestro camino hacia el final.
Así que celebremos este amor duradero,
porque cuando estamos juntos, no hay nada que no podamos enfrentar.
Que nuestro amor sea eterno, incluso cuando estemos viejos.
Poemas relacionados