Perderte a ti, mi más grande dolor

En el vasto océano de la vida, hay pérdidas que duelen más que otras. Y perder a alguien que amas profundamente es una de ellas. Cuando te perdí a ti, sentí cómo mi mundo se desmoronaba, y en cada rincón de mi corazón, el dolor resonaba.

Índice
  1. La ausencia de tu risa
  2. La pérdida de tu abrazo
  3. La falta de tus palabras de aliento

La ausencia de tu risa

Cada día que pasa sin ti, extraño el sonido de tu risa. Era como una melodía que llenaba mis días de alegría. En cada recuerdo de momentos compartidos, tu risa está presente, pero ahora solo existe en mi mente. Perderte a ti significó perder ese sonido que iluminaba mis días más oscuros.

Recuerdo aquellos días en los que nos perdíamos en conversaciones, riendo sin parar. Tu risa era contagiosa, y el mundo se volvía más ligero en tu compañía. Pero ahora, en el silencio de mis días, siento un vacío profundo al no poder escuchar esa risa que tanto extraño.

La pérdida de tu abrazo

Otra pérdida que me duele al recordar es la ausencia de tus abrazos. Tus brazos eran mi refugio, un lugar donde encontraba paz y consuelo. Cada vez que me envolvías en ellos, sentía que todo estaría bien, que juntos podríamos enfrentar cualquier tormenta.

Pero ahora, esos abrazos se han desvanecido en el aire. Ya no puedo sentir el calor reconfortante de tu cuerpo, ni la fuerza de tus brazos alrededor de mí. La pérdida de tus abrazos ha dejado un vacío en mi pecho, uno que anhela tu cercanía y que no puedo llenar con nada más.

La falta de tus palabras de aliento

Tus palabras siempre tenían el poder de darme fuerzas cuando más lo necesitaba. Tu apoyo incondicional era como un faro en medio de la oscuridad, guiándome hacia la esperanza. Pero ahora, me encuentro en un mar de dudas y tristeza sin tus palabras para alentarme.

Extraño tus palabras de aliento, esas frases que me recordaban que soy capaz de superar cualquier obstáculo. Tu voz resonaba en mi mente, recordándome mi valía y mi fuerza. Pero ahora, solo hay silencio, y en ese silencio me enfrento a la pérdida de tu aliento.

Perderte a ti ha sido mi más grande dolor. Cada día enfrento la ausencia de tu risa, la falta de tus abrazos y la pérdida de tus palabras de aliento. Pero en cada verso que escribo, encuentro un poco de consuelo, una forma de honrar lo que perdimos y recordar que nuestro amor siempre vivirá en la eternidad.

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